La bienaventuranza surge del propio desenmascaramiento apariencial. De la apertura de los siete sellos, del despertar diáfano del conocimiento.
La correcta captación y transformación, de éstas energias, es la causa de la metanoia interior, necesaria en la viviencia alquímica.
Comprender, es volvernos conscientes de las limitaciones que originan nuestros condicionamientos; pobreza de espíritu: Primer rayo. Voluntad-Poder. «Bienaventurados quiénes son conscientes de su pobreza de espiritu.»
Experimentar dicha pobreza, es amplitud de corazón; Segundo rayo. Amor-Sabiduria. «Bienaventurados quiénes lloran en la hondura de sí mismos.»
«Bienaventurada la mansedumbre»; inteligencia activa: Tercer rayo.
«Bienaventurados quienes sienten hambre y sed de justicia». Ecuanimidad, armonía através del conflicto; Cuarto rayo.
«Bienaventurados los misericordiosos»; Quinto rayo. Correcta mente.
«Bienaventurados los limpios de corazón»; Sexto rayo. Devoción.
«Bienaventurados quiénes establecen Su paz»; tal y cómo es arriba, es abajo; Orden rítmico. Integridad. Séptimo rayo.
Esperamos, que la comprensión, transmisión y asimilación de éstas energias liberadoras, sea nuestro pleno servicio a la Humanidad, en lo universal.