Conocimiento y equilibrio en las condiciones astrales; abramos la puerta al sereno despertar.

El noble octuple sendero.  La práctica perenne en éste mundo.

Las etapas iniciales,  tienen  que ver con intuición espiritual.  Al referirnos a ella como visión, estamos marcando que se trata de una experiencia, y no de un mero acercamiento intelectual. Es a través de ésta visión,  que podemos aceptar nuestro dharma, y el de los demás.

Sin  ésta  intuición inicial,  nada ocurriría,  pero sucede,  y  en la medida que ésta experiencia es más o menos fuerte  y  penetrante, que permea todo nuestro ser,   hasta que finalmente emergemos renovados,  con una conciencia  libre,  plena  de  conocimiento  humano.   Entonces, la visión de  la existencia   es   serena,  y  puede  resultar  clarificada.

Los senderos del espiritu,   están más allá,  de   las  buenas intenciones,   y no  resultan,  de  ejercicios   programados,  ni  de seguir  creencias,  reglas,  ni aparentes  disciplinas, tampoco consiste   en   mutaciones  de  los  juegos  caleidoscópicos  de  la  mente,  referentes  al  bien  y   al  mal.

Se requiere voluntariedad ,  libre  aceptación;  tanto de las características  propias  inéditas,  cómo también las de los  demás,  las cuales se nos manifiestan,  en  éste  mundo,  através de imperfecciones aparienciales. Comprender ésto (lo cual, no lo aceptamos, porque no lo comprendemos)  puede  ser  importante. Toda la humanidad,   convivimos en un infierno de sombras,  que nos negamos a reconocer   y   asumir.

El vislumbre   que  nos  dá  impulso,  puede  surgir  de  múltiples  maneras,  tal vez al encontrar alguna enseñanza,  dato ó perspectiva,  que especialmente nos impacta, ó  puede que sea,  simplemente,   la madurez  que  la  vida  nos  vá  proporcionando   paulatinamente.