Autodescubriendo el ser: La transformación no se produce mejorando la personalidad, sino trascendiendo la misma.

Las personas no son lo que piensan que son. Sólo creen serlo.

Cuando se triunfa en el mundo resulta muy difícil parar. Resulta difícil parar cuando te estás enriqueciendo, cuando te estás haciendo famoso. Cuanto más refinada sea la personalidad, más se afianza. Por eso no digo que tengas que mejorar. Desde Buda a Hakuin, ninguno de los grandes maestros ha hablado de que haya que mejorar. Ojo con los llamados «libros para mejorar» de «desarrollo personal». El mercado está lleno de esos libros, y hay que tener mucho cuidado con ellos, porque esa mejora no te llevará a ninguna parte. No se trata de mejorar, porque con mejorar solo se consigue aumentar la mentira. Mejorará la personalidad, se pulirá más, se hará más sutil, más valiosa, pero eso no equivale a la transformación. La transformación no se produce mejorando la personalidad, sino trascendiendo la misma, para dar con la esencia de lo que realmente somos.

La mentira no puede convertirse en la verdad. No hay forma alguna de mejorar la mentira para que se convierta en la verdad. Siempre seguirá siendo la mentira. Parecerá cada día más la verdad, pero seguirá siendo la mentira. Y cuanto más verdad parezca, más te absorberá, más arraigará en ti. La mentira puede parecer hasta tal punto la verdad que es posible olvidarse de que en realidad es mentira.

La mentira te dice: «Ve en busca de la verdad. Mejora tu carácter, tu personalidad. Busca la verdad, transfórmate en esto, transfórmate en lo otro». La mentira no para de ofrecerte nuevas actividades: haz esto, y todo irá bien y serás feliz para siempre. Haz esto, haz lo otro. ¿Que esto falla? No importa; tengo otros planes para ti. La mentira no para de ofrecerte planes, y tú sigues esos planes, malgastando tu vida.

En realidad, la búsqueda de la verdad también procede de la mentira. Resulta difícil de comprender, pero es algo que hay que comprender. La búsqueda de la verdad deriva de la propia mentira. Es la forma de protegerse que tiene la mentira; si incluso te ofrece la búsqueda de la verdad, ¿cómo puedes sentirte a disgusto con tu personalidad? ¿Y cómo puedes decir que es mentira? Te empuja, te arrastra a ir en busca de la verdad. Pero la búsqueda significa ir a otro sitio, mientras que la verdad está aquí y la mentira te impulsa a ir allá.

La verdad dice «ahora», y la mentira «entonces» y «allí». La mentira siempre se refiere al pasado o al futuro, nunca al presente. Y la verdad es el presente, este mismo momento, ahora mismo. De modo que el primer «tú» es la mentira, la actuación, la pseudopersonalidad que te rodea, la cara que ofreces a la galería, la falsedad. Es un engaño. La sociedad te lo ha impuesto y tú has colaborado en ello. Tienes que dejar de colaborar con esa mentira de la sociedad, porque solo cuando te quedas al desnudo eres tú mismo. Todos los ropajes son un invento social. Todas las ideas y las identidades que crees poseer son un invento social, algo que te han creado los demás. Y tienen sus motivos para hacerlo. De esta forma se aprovechan de ti sutilmente. Te explotan.

La auténtica explotación no tiene un carácter económico ni político; la auténtica explotación es la psicológica. Esa es la razón por la que todas las revoluciones han fracasado. ¿Cuál es esa razón? Que no han indagado en la explotación más profunda, la psicológica. Solo intentan cambiar lo superficial. Si una sociedad capitalista se vuelve comunista, no hay ninguna diferencia. Si una democracia se convierte en dictadura, o si una sociedad dictatorial se hace democrática, da igual: no existe ninguna diferencia. Son cambios superficiales, un blanqueado, pero en lo más profundo la estructura sigue siendo la misma.

¿En qué consiste la explotación psicológica? La explotación psicológica consiste en no permitir que nadie sea uno mismo, que nadie sea aceptado tal y como es, que no se respete a nadie. ¿Cómo respetar a las personas si no las aceptamos como son? Si les impones cosas y después las respetas, lo que respetas son tus propias imposiciones. No respetas a las personas como son, no respetas su desnudez, ni su espontaneidad, no respetas sus sonrisas y sus lágrimas de verdad. Solo respetas el fingimiento, las pretensiones. Lo que respetas es la actuación.

Tienes que abandonar por completo este primer tú. Freud contribuyó en gran medida a que la humanidad tomara conciencia de la falsedad de la personalidad, de la mente consciente. Su revolución es mucho más profunda que la de Marx, su revolución es mucho más profunda que ninguna otra. Profundiza mucho, pero no se extiende lo suficiente. Llega al segundo tú, al tú reprimido, instintivo, inconsciente. Se trata de todo lo que la sociedad no ha permitido, de todo lo que la sociedad ha metido a la fuerza en tu ser y allí lo tiene encerrado. Solo aparece en tus sueños, en metáforas, o cuando estás borracho, cuando no tienes control sobre ti mismo. El resto del tiempo está lejos de ti, y es más auténtico, no es falso.

Freud hizo mucho para que el hombre tomara conciencia de ello, y las psicologías humanistas y sobre todo los grupos de encuentro, de desarrollo personal y similares han contribuido enormemente a que se tome conciencia de todo lo que grita en nuestro interior, de lo que ha sido reprimido, aplastado. Y en eso consiste la parte vital. Esa es la vida real, la vida natural. Las religiones la han condenado, calificándola de parte animal, la han condenado al considerarla el origen del pecado. No es el origen del pecado, sino de la vida, y no es inferior a lo consciente. Es más profunda que lo consciente, sin duda, pero no inferior.

Y no hay nada de malo en lo animal. Los animales son hermosos, como los árboles. Viven desnudos, con sencillez. Aún no los han destruido los sacerdotes y los políticos, aún forman parte de Dios. Solo el ser humano se ha extraviado. El hombre es el único animal anormal sobre la faz de la tierra, mientras que los demás animales son normales. De ahí su alegría, su belleza, su salud, de ahí su vitalidad. ¿No os habéis fijado? ¿No habéis sentido envidia al ver un pájaro en pleno vuelo? ¿Cuando un ciervo corre a toda velocidad por el bosque? ¿No habéis sentido envidia de esa vitalidad, de la pura alegría de la energía?

Y con los niños… ¿no habéis sentido envidia de los niños? Quizá por la envidia condenáis el infantilismo, una y otra vez. Cuánta razón tiene Montague al afirmar que en lugar de decir: «No seas infantil» deberíamos empezar a decir: «No seas adultil». Tiene toda la razón del mundo, y yo estoy de acuerdo con él.

Un niño es hermoso, mientras que un adulto es la fealdad misma. El adulto deja de fluir, se bloquea. Se queda inmóvil, como muerto. Pierde brío, pierde entusiasmo; se limita a arrastrarse. Se aburre, no tiene sentido del misterio. Nunca se sorprende de nada, porque ha olvidado el lenguaje del asombro. Para él ya no existe el misterio. Dispone de muchas explicaciones, pero el misterio ya no existe para él. Por consiguiente, ha perdido la poesía, la danza y todo lo que da significado a la vida, todo lo que aporta el sabor de la vida.

Este segundo «tú» es mucho más valioso que el primero, y precisamente por eso me opongo a todas las religiones, a todos los sacerdotes, porque se aferran al primero, al más superficial. Vayamos al segundo, pero el segundo tampoco supone el final, y ahí es donde Freud se queda corto. Como también se queda corta la psicología humanista: si bien profundiza un poco más que Freud, no profundiza lo suficiente como para llegar al tercer «tú».

En ti existe un tercer «tú», el tú auténtico, la cara verdadera, que sobrepasa los «túes» primero y segundo. Lo trascendental, la «budidad», la conciencia pura, sin fisuras, sin divisiones. El primer tú tiene un carácter social; el segundo, natural; el tercero, divino. Y un momento: no digo que el primero no resulte útil. Si existe el tercero, el primero se puede emplear. Si existe el tercero, también se puede emplear el segundo, pero siempre y cuando exista el tercero. Si el centro funciona, también irá bien la periferia, porque la circunferencia estará en su sitio, pero si solo tenemos el centro, sin la circunferencia, todo acabará en una especie de muerte.

Eso es lo que ha ocurrido con el ser humano. Por eso tantos pensadores occidentales sostienen que la vida carece de sentido. No es así. Solo se debe a que se ha perdido el contacto con el origen del sentido, del significado. Es como si un árbol perdiera el contacto con sus raíces. Entonces no habría flores, empezaría a desaparecer el follaje, se caerían las hojas y no brotarían hojas nuevas. Y entonces la savia deja de fluir, deja de existir la vida. El árbol se muere.

Y entonces el árbol puede empezar a filosofar, a ponerse en plan existencialista, como Sartre, por ejemplo, y ponerse a decir que ya no hay flores en la vida. Que la vida no tiene flores, que ha desaparecido la fragancia, que ya no hay pájaros… Y el árbol incluso puede empezar a decir que siempre ha sido así y que en la antigüedad se engañaban pensando que había flores, que eran puras imaginaciones. «Siempre ha sido así, la primavera nunca ha llegado, son fantasías de la gente. Son fantasías de los budas… que si crecen las flores, que si reina la alegría y sale el sol y aparecen los pájaros… No hay nada. Todo es oscuridad, todo es fortuito y nada tiene sentido.» El árbol podría decir esto.

Y la verdad no es que nada tenga sentido, que ya no haya flores, que las flores no existan, que la fragancia sea pura imaginación, sino sencillamente que el árbol ha perdido contacto con sus propias raíces. A menos que eches raíces en la «budidad», no florecerás, no cantarás, no sabrás en qué consiste una fiesta. ¿Y cómo se puede conocer a Dios si no se sabe lo que es festejar? Si os habéis olvidado de bailar, ¿cómo vais a orar? Si os habéis olvidado de cantar y de amar, Dios ha muerto. Esto no significa que Dios esté muerto, sino que está muerto en vosotros, en ti. Tu árbol se ha secado, ha desaparecido la savia. Tendrás que volver a encontrar raíces. ¿Y dónde encontrar esas raíces? Hay que encontrarlas aquí y ahora.

Osho-El Libro del Ego. Págs.13,15

18 comentarios

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18 Respuestas a “Autodescubriendo el ser: La transformación no se produce mejorando la personalidad, sino trascendiendo la misma.

  1. FRANLIZ

    Renovados en: VI-DIOS y ENDÍA temporales. Eso hechar esparto a la soga. Y los segadores a segar, y cada uno en su oficio es MAESTRO.

  2. alma9

    Gracias urovoro.
    Todos los pasos son necesarios para poder percibir el mensaje de Osho.
    Nada de lo creado existe realmente si no hay una conciencia capaz de capturarlo. Hacernos conscientes de lo interno y externo mediante la atención y la observación hace posible que avancemos a niveles superiores de consciencia a nivel individual y, por extensión, colectivo.
    No hay métodos, pero todos los caminos son válidos.
    Feliz día a todos

  3. hola, saludos a todos …

    hay palabras que señalan el quid de las cuestiones … ésta es la capacidad de observación, que todos podemos desarrollar,

    las obras de arte, apenas se diferencian de los esquemas pictóricos ordinarios, salvo por muy pequeños detalles, por éso a veces resulta tan dificil apreciar; … apreciar matices cruciales …

    por éso, la tensión de autoexpresión, incluye siempre la tensión de añadir, citar, las expresiones de otros, de las ideas, de todo el conjunto de ideas y actitudes, que manifiesta la humanidad, … es decir, de los verdaderos pensadores, porque el mundo de las ideas, también es parte nuestra, patrimonio común, de todos, y para todos…

    cada persona, puede colaborar, en dirigir su atención, hacia el punto crucial, que nos puede permitir activar el despertar … si podemos percibir los detalles fundamentales, aquellos que nos pueden permitir alzarnos hacia la verdad, que es sin engaños.

    verdaderamente, es una alegría descubrir detalles liberadores …

  4. Hola desde Gtel España, te escribimos para rogarte difusión abierta a tu público y seguidores del macro evento mundial del próximo mes http://feriamundialenergialibre.wordpress.com/
    En las próximas horas publicaremos el horario de la jornada.
    ¿puedes hacer difusión en tu web por favor?
    ¿Nos podemos poner en contacto mediante hernandomez@hotmail.com?
    Mil gracias

  5. Todos tenemos la experiencia, de las muchas cosas maravillosas, que parece haber en éste mundo,

    sin embargo, en la práctica, las cuestiones se resumen fácilmente,
    en las experiencias y actitudes que cada conciencia experimenta,
    ante la existencia; en las cuestiones que creemos comprender, y
    los muchos temas que no comprendemos

    comprender la cuestiones es despertar la inteligencia interior, la cual solamente puede tener cauces nobles

    podemos comprender, que se trata de colaboración en conjunto,
    y que hay una vida universal verdadera, plenamente cabal e inteligente, que pugna por manifestarse, también en nosotros, en cada uno de nosotros,

  6. alma9

    La vida en sí misma es una maravilla, aunque la mayor parte de las veces nos cueste tanto darnos cuenta. Coincido en que es nuestra actitud ante las experiencias que la vida pone a nuestro alcance, la que nos ayuda a fluir con ésta, despertando esa inteligencia interior. No hay nada que buscar, todo está en nosotros. Como dice Osho la búsqueda es parte del engaño.

  7. Ciertamente, podemos comprender que las manifestaciónes de la vida, son maravillosas, y además nos vamos haciendo paulatinamnte conscientes, de que hay otras inteligencias, que mantienen y organizan las manifestaciones vitales planetarias, incluso de las que conocemos habitualmente.

    ´Por éso, me parece tan interesante compartir éstas cuestiones …
    saludos, a todos …

  8. alma9

    una pacífica canción:

  9. Los vehículos sutiles, los mundos interiores, y el porqué de los sucesos en la sociedad de las apariencias;

    datos para que podamos ir dándonos cuenta… ! menudo lío … !

  10. porfa, … despues de enterarnos de algunas cosas …

    … que no cunda el pánico en éste minúsculo planetita …

  11. Elma Mercer

    La sociedad, durante años, ha hecho creer que la finalidad y el estado de felicidad de todas las personas es casarse y tener hijos. Hay muchas personas que viven obsesionadas en encontrar a su pareja ideal y con temor a “que se les pasa el arroz”. Pero se olvidan que la verdadera felicidad reside en uno mismo y en disfrutar cada segundo de lo que experimentamos día a día, en nuestro presente, y que si aún no nos ha llegado, es porque no ha de ser así todavía. Tu vida tiene sentido estando soltera y seguirá teniendo cuando tengas pareja, ahora céntrate en evolucionar y quererte para que cuando llegue el momento de compartir tu vida estés preparada, des lo mejor de ti y seas también muy feliz.

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