La Luz invisible que otorga Vida y Ser.

luz invisble

9   Existía la luz verdadera que,  al venir al mundo,   alumbra a todo hombre.  10   En el mundo estaba,  y  el mundo fue hecho  por medio de El,   y el mundo no le conoció.

…  y cuando estuvo cerca, le preguntó: 41  …  ¿Qué deseas que haga por ti? Y el Ciego, le dijo dijo: Señor, que recobre la vista. 42    Jesús entonces le dijo: Recibe la vista, tu fe te ha sanado. 43 Y al instante recobró la vista.

Los estudiantes deberían aprender a distinguir entre sutratma y antakarana, entre el hilo de la vida y el de la conciencia. El primero constituye la base de la inmortalidad, el segundo de la continuidad. He aquí una sutil diferencia para el investigador. Un hilo (el sutratma) vincula y vivifica todas las formas en un todo actuante, e incorpora en sí la voluntad y el propósito de la entidad que se expresa, ya sea un hombre, un Dios o un cristal; el otro (el antakarana) incorpora la respuesta de la conciencia dentro de la forma, hasta llegar a una serie de contactos, cada vez más extensos, dentro del todo ambiental. Uno es la corriente directa de vida inmutable e ininterrumpida, que puede ser considerada simbólicamente como una corriente directa de energía viviente que afluye desde el centro a la periferia, desde la fuente de origen a la expresión externa o apariencia fenoménica. Es la vida. Ésta determina el proceso individual y el desarrollo evolutivo de todas las formas.

Por lo tanto, el sendero de la vida se extiende de la monada a la personalidad, por conducto del alma y es el hilo del alma, siendo uno e indivisible. Imparte la energía de la vida y se ancla finalmente en el centro del corazón humano y en algún punto focal central en todas las formas de expresión divina. Nada existe y nada permanece, sino la vida. El hilo de la conciencia (antakarana) es el resultado de la unión de la vida y la sustancia o de las energías básicas que constituyen la primera diferenciación en tiempo y espacio, lo cual produce algo diferente que sólo emerge corno una tercera manifestación divina, después de haber tenido lugar la unión de las dualidades básicas.

El hilo de la vida, el cordón plateado o sutratma es, en lo que al hombre concierne, de naturaleza dual. El hilo de la vida, propiamente dicho, es uno de los dos hilos que constituyen el sutratma y está anclado en el corazón, mientras que el otro, encarnando el principio de la conciencia, está anclado en la cabeza. Esto lo saben, pero creo que es necesario repetirlo constantemente. Sin embargo, en el trabajo del ciclo evolutivo, el hombre tiene que repetir lo que Dios ya ha realizado. Debe crear en los mundos de la vida y de la conciencia.

Prosigue en comentarios.

En general puede clasificarse la conciencia de la manera siguiente:

1. Conciencia Absoluta o de Dios «Yo soy Ese Yo soy» Logos inmanifestado
2. Conciencia Universal o Grupal «Yo soy Ese» Logos manifestado

Conciencia del Logos planetario

3. Conciencia Individual o Autoconciencia «Yo soy» Conciencia humana
4. Conciencia o conciencia atómica   Conciencia subhumana

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10 Respuestas a “La Luz invisible que otorga Vida y Ser.

  1. LA CIENCIA DEL ANTAKARANA

    Al entrar a considerar «la vida dual del proceso iniciático», LA NUEVA CREACION DE CONCIENCIA Y VIDA transdimensional) quisiera llamar la atención sobre las palabras empleadas y particularmente acerca de su significado en relación con el proceso iniciático. Como veremos, no se refiere al esfuerzo del discípulo por vivir simultáneamente la vida del mundo espiritual y la vida práctica de servicio en el plano físico, sino exclusivamente a la preparación del discípulo para la iniciación y, por lo tanto, a su vida y actitud mental.

    Podría considerarse que esta afirmación concierne principalmente a dos aspectos principales de su vida mental y no a la vida de relación entre alma y personalidad. En consecuencia es conveniente ver paralelamente la dualidad existente en la conciencia del discípulo y sus dos aspectos:

    1. La vida de percepción en la cual expresa la actitud del alma, la percepción y la conciencia del alma por intermedio de la personalidad en el plano físico. Aprende a registrarlo y expresarlo conscientemente.

    2. La vida definidamente privada y puramente subjetiva en la que él -la personalidad fusionada con el alma-, orientado en el plano mental, pone en creciente relación a:

    a. La mente concreta inferior y la mente abstracta superior.

    b. Él y el Maestro de su grupo de rayo, desarrollando así la conciencia ashrámica. Captación álmica directa de las radiaciones «solares».

    c. Él y la Jerarquía como un todo, llegando a ser acrecentadamente consciente de la síntesis espiritual que subyace en la unidad de los ashramas. De esta manera, se acerca consciente y firmemente al Centro radiante de este Ashrama solar, el Cristo Mismo, el primer Iniciador.

    Esta vida interna, con sus tres objetivos lentamente revelados, concierne esencialmente a la vida de preparación para la iniciación.

    No hay iniciación para el discípulo hasta no haber comenzado a construir conscientemente el antakarana, poniendo en estrecha relación la Tríada espiritual y la mente, con el aspecto superior en el plano físico, demostrando nuevamente de este modo un claro alineamiento y un canal directo que va desde la Tríada espiritual al cerebro, por conducto del antakarana, el cual ha vinculado la mente superior con la inferior.

    Ello implica excesivo trabajo, gran capacidad interpretativa y mucho poder de visualización. Selecciono mis palabras cuidadosamente. Esta visualización no tiene necesariamente que ver con la forma ni con las presentaciones mentales concretas; concierne a la sensibilidad pictórica y simbólica que expresa e interpreta la comprensión espiritual, impartida por la intuición incipiente -el agente de la Tríada espiritual. El significado de esto se va esclareciendo a medida que prosigue el trabajo. Es difícil, para quien comienza a construir el antakarana, captar el significado de la visualización cuando se la considera que está relacionada con una creciente respuesta a lo que le imparte el grupo ashrámico, a su visión emergente del Plan divino, tal como existe en realidad, y a aquello que se le ha confiado como efecto o resultado de cada sucesiva iniciación. Prefiero la palabra «efecto» a la palabra «resultado», porque acrecentadamente el iniciado trabaja conscientemente con la Ley de Causa y Efecto, en planos que no son el físico. Empleamos la palabra «resultado» para expresar las consecuencias de esa gran Ley cósmica cuando se manifiestan en los tres mundos de la evolución humana.

    En conexión con este esfuerzo descubre el valor, empleo y propósito de la imaginación creadora, la cual es todo lo que eventualmente le queda de la vida astral activa e intensamente poderosa que ha vivido durante muchas vidas; a medida que prosigue la evolución, su cuerpo astral se convierte en un mecanismo de transformación; el deseo es trasformado en aspiración, y la aspiración en una creciente y expresiva facultad intuitiva. La realidad de este proceso se demuestra en el surgimiento de esa cualidad básica que ha estado siempre inherente en el deseo mismo: la cualidad imaginativa del alma, complementando el deseo y convirtiéndose constantemente, a medida que el deseo se traslada a estados cada vez más elevados, en una facultad creadora superior que conduce a conocimientos siempre más elevados. Eventualmente esta facultad invoca las energías de la mente, y la mente, más la imaginación, se trasforma con el tiempo en un gran agente invocador y creador. De esta manera la Tríada espiritual es puesta en relación con la triple personalidad.

    En escritos anteriores he dicho que, básicamente, el plano astral no existe como parte del Plan divino; es fundamentalmente producto del espejismo, de kama-manas -espejismo que la misma humanidad ha creado y en el cual total y prácticamente ha vivido enteramente desde los primeros días atlantes. El efecto de un creciente contacto con el alma no ha sido simplemente disipar las nieblas del espejismo, sino que ha servido para consolidar y emplear por lo tanto efectivamente la imaginación con su poderosa y abrumadora facultad creadora. Esta energía creadora, complementada por una mente iluminada (con su capacidad de crear formas mentales), es entonces manejada por el discípulo, a fin de establecer contactos más elevados que los del alma, y convertir en un símbolo aquello de lo cual es consciente por medio de una línea de energía -el antakarana-, que va construyendo firme y científicamente.

    Podría decirse (igualmente en forma simbólica) que cada iniciación pone a prueba el puente vinculador y descubre gradualmente la solidez de aquello que ha sido creado bajo la inspiración de la Tríada espiritual y con la ayuda de los tres aspectos de su mente (la mente abstracta, el alma o el Hijo de la Mente y la mente concreta inferior), combinados con la colaboración inteligente de su personalidad fusionada con el alma. En las primeras etapas de su trabajo invocador, el instrumento que emplea es la imaginación creadora, lo cual le permite desde el comienzo, actuar como si fuera capaz de crear así; después, cuando la conciencia imaginativa de como si, ya no le es útil, se hace conscientemente conocedor de aquello que él -con esperanza y expectativa espiritual- trató de crear; descubre que es una realidad existente y sabe, más allá de toda controversia, que «fe es la sustancia de las cosas esperadas, la evidencia de cosas no vistas.»

    La Construcción del antakarana

    Aquí no nos ocuparemos de la enseñanza preliminar de la ciencia del antakarana, pues el estudiante la encontrará en el libro titulado Educación en la Nueva Era. Esa preliminar presentación debe ser estudiada antes de emprender la etapa más avanzada que comienza aquí. Por lo tanto, consideraremos paso a paso esta ciencia que está demostrando ser fuente útil para la experimentación y la prueba.

    El alma humana (en contraposición con al alma, cuando actúa en su propio reino, libre de las limitaciones de la vida humana) está aprisionada y sujeta al control de las tres energías inferiores, durante la mayor parte de su experiencia. Luego, en el sendero de probación, la energía dual del alma empieza a acrecentar su actividad, y el hombre trata de emplear su mente en forma consciente y expresar amor-sabiduría en el plano físico. Éste es un simple enunciado de la meta a alcanzar por todo aspirante. Cuando las cinco energías empiezan a emplearse consciente y sabiamente en el servicio, se establece un ritmo entre la personalidad y el alma. Es como si se estableciera un campo magnético, y ambas unidades o energías agrupadas, vibrantes y magnéticas, se lanzan cada una al campo de influencia de la otra. Esto sucede sólo ocasionalmente, aunque raras veces en las primeras etapas; luego acontece más frecuentemente, estableciéndose así un sendero de contacto que, en su oportunidad, se convierte en la línea de menor resistencia, «el camino de acercamiento familiar», como a veces ha sido denominado. De esta manera se construye el primer tramo del «puente» o antakarana. Cuando se ha recibido la tercera iniciación, el Camino se completa, y el iniciado puede «pasar a voluntad a mundos más elevados, dejando los mundos inferiores muy atrás, retornar y penetrar en el camino que conduce de la oscuridad a la luz, de la luz a la oscuridad, y de los mundos inferiores a los reinos de la luz».

  2. En Corea, cuando llora el Jefe, todos se emocionan, y tienen que llorar.
    … por cierto, que no sabemos si llora, leyendo la lista de los «vacunados» …

    En España estamos mucho mejor: todos lloramos cuando les escuchamos lo que dicen, pero, ELLOS, los jefes, SE RIEN A CARCAJADAS.

    Aunque, el resultado final que muestra el video, ES EL MISMO QUE EN ESPAÑA.

  3. UN SOL INDIVIDUAL, PARA CADA INDIVIDUO … dicho así, a «palo seco» 🙂

    JA, JA, JA … desde luego, nadie vá a «considerar» en serio, éstos asuntos … 🙂

    • En forma simultánea la energía y la radiación del Señor de séptimo rayo va siendo cada vez más poderosa en los tres mundos.

      La entrada de un rayo produce siempre un intensificado período de actividad iniciática, como sucede ahora. El efecto principal, en lo que concierne a la humanidad, es posibilitar la presentación de millares de aspirantes y solicitantes para la primera iniciación los hombres en vasta escala y en formación masiva pueden pasar actualmente por la experiencia de la Iniciación del Nacimiento.

      Millares de seres humanos pueden experimentar el nacimiento de Cristo dentro de sí mismos y comprender que la vida, la naturaleza y la conciencia crísticas les pertenecen.

      Estas grandes iniciaciones, complementadas por las energías de rayo, deben ser registradas en el cerebro físico y anotadas en la conciencia vigílica del iniciado, debiendo ser así en este asombroso período, en el cual -por primera vez desde que la humanidad apareció sobre la Tierra- puede tener lugar una iniciación en masa.

      La experiencia no necesita ser expresada en términos ocultos y, en la mayoría de los casos, no lo será; el iniciado individual que recibe esta iniciación, es consciente de grandes cambios en su actitud, hacia sí mismo, sus semejantes, las circunstancias y hacia sus interpretaciones de los eventos de la vida. Éstas son peculiarmente las reacciones que acompañan a la primera iniciación; el iniciado registra entonces una nueva orientación hacia la vida y un nuevo mundo de pensamiento. Esto será igualmente verdad en vasta escala, en lo que se refiere al hombre moderno, el iniciado mundial de primer grado. Los hombres reconocerán en muchas vidas la evidencia del surgimiento de la conciencia crística, y las normas de vida serán acrecentadamente reajustadas a la verdad, tal como existe en las enseñanzas impartidas por Cristo.

      Esta conciencia crística que va desarrollándose en las masas, creará necesariamente un fermento en la vida diaria de los pueblos de todas partes; la vida de la personalidad, orientada hasta ahora hacia la obtención de fines materiales y puramente egoístas, luchará contra la nueva e interna comprensión; el hombre «carnal» (para emplear las palabras de Pablo, el iniciado) combatirá al hombre espiritual, tratando cada uno de obtener el control. En las primeras etapas, después de «el nacimiento» y durante «la infancia» del Cristo-Niño (hablando nuevamente en símbolos), triunfa el aspecto materialista. Más tarde triunfa la vida crística. Esto es bien sabido. Cada iniciación indica una etapa en el crecimiento y desarrollo de este nuevo factor en la conciencia y la expresión humanas, y ello continúa hasta la tercera iniciación, en que el «hombre maduro surge en Cristo». Entonces, en la quinta iniciación, el iniciado está preparado para registrar, comprender y anotar, la revelación largamente esperada.

      En relación con el individuo y la primera iniciación, el séptimo rayo se halla siempre activo y el hombre está capacitado para registrar conscientemente la realidad de la iniciación, porque el cerebro o la mente (y frecuentemente ambos), están controlados por el séptimo rayo. Este hecho es de importancia actualmente en relación con la humanidad, pues permitirá al género humano atravesar el portal que le dará entrada al primer proceso iniciático. Evidentemente el período actual, en el cual los seres humanos (en grandes grupos) pueden recibir la primera iniciación, corresponde a esa situación en que el pan es el principal interés de los hombres de todas partes. La humanidad pasará por esta iniciación del «nacimiento» y manifestará la vida crística en gran escala, por primera vez, durante un período de reajuste económico, del cual la palabra «pan» no es más que un símbolo. Este período empezó en el año 1825 y continuará hasta el fin de este siglo. El desenvolvimiento de la vida crística -como resultado de la presencia y actividades del segundo aspecto divino del amor- traerá como resultado el fin del temor económico, y «la casa del pan» se convertirá en «la casa de la abundancia». El pan -como símbolo de la necesidad material humana- será eventualmente controlado por un vasto grupo de iniciados de la primera iniciación -aquellos cuyas vidas comiencen a ser controladas por la conciencia crística, conciencia de la responsabilidad y del servicio. Hay miles de estos iniciados en la actualidad, y cuando llegue el año 2025 habrá millones. Toda esta reorientación y desenvolvimiento será el resultado de la actividad del séptimo rayo y el impacto de su radiación sobre la humanidad.

      El séptimo rayo es, por excelencia, el medio de relación. Une los dos aspectos fundamentales espíritu y materia. Relaciona el alma con la forma, y en lo que concierne a la humanidad, el alma con la personalidad. En la primera iniciación, hace al iniciado consciente de esta relación; le permite beneficiarse de esta «dualidad que se aproxima» y -mediante el perfeccionamiento del contacto- producir en el plano físico el surgimiento del «nuevo hombre» a la manifestación. En la primera iniciación, mediante el estímulo creado por la energía del séptimo rayo, la personalidad del iniciado y la superinfluyente alma, son conscientemente unidas; entonces el iniciado sabe, por primera vez, que es una personalidad fusionada con el alma. Su tarea consiste ahora en desarrollarse a semejanza de lo que esencialmente es. Este desarrollo se demuestra en la tercera iniciación, la de la Transfiguración.

  4. … tendremos que repasar otra vez, … las bases cientificas de la Física Cuántica … ja, ja, ja, … 🙂 pero, quizás es mejor que «nadie» lo entienda.

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