El milagro de la atención

¿Podemos dejar de lado todas las ideas, conceptos y teorías y averiguar por nosotros mismos si existe algo sagrado, una realidad que nunca puede ser destruida, una verdad que es perdurable.?

Para descubrir eso, toda clase de autoridad, especialmente la espiritual, debe ser totalmente descartada, porque supone conformismo y obediencia. Una mente debe ser capaz de mantenerse sola, de ser su propia luz.- El propio Yo, el cual, es la luz Universal, inmutable e irrenunciable, transmutada en la singularidad.

Hay una nueva apertura, en la comprensión, que todos y cada uno podemos activar. Ésto tan vital, puede ser experimentado de muy diferentes maneras.

buda

Para averiguar si existe algo que no sea proyectado por el pensamiento, que no sea una ilusión, un invento, un mito, debemos preguntarnos,
si el pensamiento puede ser controlado, mantenido en suspenso, transformado, de manera que la mente esté completamente serena, transparente. Control implica el controlador y lo controlado, ¿Quién es el controlador? ¿No es éste también creado por el pensamiento, uno de sus fragmentos que ha asumido la autoridad del controlador.? Si usted comprende ésto, entonces el controlador, el experimentador es lo experimentado, el pensador es el pensamiento. No son entes separados. Si lo asimilamos, entonces no hay ninguna necesidad de controlar; surge lo que es distinto. Vd., experimenta los valores de el bautismo.

Cuando hay división entre el controlador y lo controlado, hay conflicto y desperdicio de energía. Cuando el controlador es lo controlado, no hay desgaste de energía. entonces tiene lugar la acumulación de toda esa energía que había sido disipada en la represión, en la resistencia producida por la división entre el controlador y lo controlado. Podemos comprender claramente, que en la meditación no hay ningún control ni sometimiento del pensamiento a una especie de disciplina, porque el que disciplina y controla es un fragmento de lo auténtico, lo cual, permanece inédito.

La mente, que está parloteando, siempre en movimiento, la cual, es el pensamiento continuamente mirando hacia atrás, recordando, acumulando conocimiento, cambiando constantemente, ¿puede estar completamente quieta?. El pensamiento es tiempo y el tiempo es movimiento, medida. En la vida diaria usted mide, compara, tanto en lo físico como en lo psicológico. ¿Puede dejar de comparar por completo en la vida de cada día.? Usted compara cuando escoge entre dos tejidos, dos automóviles o partes del conocimiento, pero en el plano psicológico, interior, nos comparamos con unos con otros. Cuando esa comparación cesa, como debe ser, entonces ¿podemos valernos completamente por nosotros mismos?

Esto es lo que está implícito cuando no hay ninguna comparación, cuando estamos dispuestos a ser integralmente auténticos, lo cual no significa que usted vegete, sino que la vida verdadera, nace, surge. De modo que, ¿puede usted vivir su vida diaria sin comparación.? Hágalo una vez y descubrirá lo que eso implica. Entonces usted se desprende de una enorme carga; y cuando descarga un peso innecesario, entonces capta y dispone de energía universal y libre: Ésto es lo que podemos llamar resucitar.

¿Le ha puesto alguna vez atención a algo de manera plena.? ¿Le está usted prestando atención a lo que dice quién se expresa…? ¿O escucha con una mente comparativa, que ha adquirido cierto conocimiento, y está cotejando lo que se dice con lo que ya sabe.?. Si presta completa atención con su cuerpo, sus nervios, sus ojos, sus oídos, su mente, con todo su ser, no hay centro desde el que esté atendiendo, solo hay atención. Esa atención es silencio, nitidez cognoscitiva y perceptiva.

En esa atención no hay límites, no hay fronteras y, por consiguiente, no hay dirección. Solo hay atención, y, cuando la hay, no existe ni el «usted» ni el «yo», no hay dualidad, no hay observador y observado. Y esto no es posible cuando la mente se mueve en una dirección temporal, determinada.

Se nos educa y condiciona para que nos movamos siguiendo direcciones, de aquí hacia allá. Tenemos una idea, una creencia, un concepto o fórmula de que existe una realidad, una dicha, de que hay algo más allá del pensamiento, y fijamos eso como una meta, un ideal, un rumbo, y nos encaminamos en ése sentido. Cuando usted se concentra, se dirige o piensa en determinada dirección, no tiene espacio en la mente. No tiene espacio cuando su mente está atestada de apegos, de temores, de la búsqueda de placeres, del deseo de poder y posición. Cuando la mente está atiborrada, no dispone de ningún espacio. El espacio es necesario, y cuando hay atención no hay dirección, sino diafanidad, amplitud.

Las vidas de la mayoría de las personas son pobres y vacías. Aunque puedan poseer muchísimo conocimiento, sus vidas son míseras, contradictorias, infelices, sentimos como si nos faltase algo… Todo éso es la pobreza, y tomando conciencia de ello, impulsamos nuestras vidas, tratando de hacernos interiormente ricas, cultivando varias clases de virtudes y todo el resto de ese absurdo desatino. No es que no sea necesaria, pero la virtud es orden, y usted solo podrá comprender el orden cuando haya investigado el desorden dentro de sí mismo. El desorden es la contradicción, la confusión, los diversos deseos agresivos, el decir una cosa y hacer otra, el tener ideales preconcebidos, y la división entre los ideales y uno mismo. Todo eso es desorden, y cuando uno se da cuenta de él y le otorga toda su atención, de ésta surge el orden, el cual es virtud, algo vivo, auténtico, no algo fabricado, artificioso y afeado por la manipulación.

La meditación es la transformación de la mente, una revolución psicológica, de tal manera que en cada movimiento de nuestra vida diaria, haya compasión, amor y la energía que trasciende toda la mezquindad, cerrazón y superficialidad. Cuando la mente está verdaderamente callada, no acallada mediante el deseo y la voluntad , entonces existe una clase de movimiento totalmente distinto que no pertenece al tiempo.

flor de loto

Cuando en nuestra vida de cada día hay orden, recta conducta y una mente que es, completamente translúcida, entonces la mente verdadera, descubrirá por sí misma, si lo inconmensurable existe o no. Hasta que usted descubra eso, la vida será anodina y carente de sentido. La meditación es necesaria, en la misma compresión de nuestro vivir cotidiano. O sea, atender por completo, cuando habla con alguien, a su forma de andar y de pensar, a toda expresión del conjunto; préstele atención, y éso forma parte de la meditación, lo cual es percepción correcta.

La meditación no es una evasión. No es algo misterioso; de la meditación se desprende una vida que es santa, sagrada. Y, por consiguiente, usted trata todas las cosas como sagradas.

Extractos adaptados de: «El milagro de la atención» de Jiddu Krishnamurti

13 comentarios

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13 Respuestas a “El milagro de la atención

  1. FRANLIZ

    El silencio del ALMA. ALMA: me gustas mas cuando HABLAS.

  2. hola, ! saludos, a todos … !

    voy a dejar aquí unos recortes de la prensa de el día, en dónde quedan claras las intenciones de algunos enfermos mentales,

    en su empeño por sumergir al mundo en la más terrible de las miserias, que es la carencia de sentido inteligente en la Vida,

    Rajoy anuncia que revisará las previsiones económicas de 2014.
    A LA BAJA, CLARO ….

    El 20% de mayores de 55 años se quedarán fuera del subsidio por desempleo.

    POBLACIÓN | Dos millones de emigrantes
    Más de 100.000 españoles se marcharon al extranjero durante 2012

    … ! y, a pesar de lo ostentoso de todo ésto… ! ¿ cuántas personas reaccionan y se dan cuenta de lo que son… y cómo son … ?

  3. La atención es como el fuego …

  4. No puedo estar más de acuerdo con lo que nos descubre nuestro bien amado Jiddu Kirshnamuti, persona que consiguió convertir su humana existencia en un pozo insondable de sabiduría,… que queda suficientemente e inequívocamente demostrada, al rechazar la condición de maestro o mesías con la que fue ungido por la sociedad teosófica de principios del siglo XX,…una exclusiva sociedad por la que fue captado e instruido desde su más tierna infancia y que trataba de instaurarse como otra iglesia en este caso de carácter cristiano/gnóstico, basada en unos conocimientos claramente ocultistas,…y que como ustedes ya conocerán tuvo que ser sustituido por otro personaje de sospechosa credibilidad para continuar con su histriónica representación de salvador o mesías ,….

    Al margen de su admirable personalidad, me gustaría debatir entre ustedes, pues ya que con él resultaría imposible,… (Dios lo tenga en la paz que el mismo nos ofreció),…y apelando a las capacidades de reflexión profunda de vosotros mis queridos compañeros,… para determinar QUE ES lo que nos impulsa hacia aquello que él mismo define como lo «sagrado, una realidad que nunca puede ser destruida, una verdad que es perdurable».
    Pues bien,… lo que yo humildemente entiendo, es que aquello que nos llama hacia esta realidad no puede ser otra cosa que nuestro propio camino evolutivo, aunque me gustaría someter esta percepción a vuestro sincero examen,…. pues entiendo que existe una fuerza indiscutible que nos encamina, por lo menos en mi caso,…hacia esta realidad última,…

    Nuestra mente se encuentra por lo general estancada en la matrix o maya, (o como bien ha apuntado nuestra inestimable compañera Alma9), atrapada en la tela de una araña,…de un ser que precisa de nuestra distracción mental,… para que permaneciendo en sus dominios sirvamos así como alimento a esta entidad extra dimensional, que también podemos definir como el demiurgo, deidad que históricamente ha sido considerada como creador o arquitecto del mundo material, donde al encarnar el alma, queda aprisionada,…
    La mente consciente se encuentra inmersa en el engaño desde que tenemos o hacemos uso de la razón, es precisamente de este material de la razón, de la que están fabricados los hilos de esa tela de araña de la que somos prisioneros,… y no es otra que la razón, la que se antepone a nuestra mente o potencia intelectual del alma, para crear esta realidad ilusoria que nos es impuesta desde diferentes perspectivas culturales y por lo tanto manipulables,… simplemente indagando sobre la razón y cuestionando su verdadera intencionalidad es cómo podriamos conseguir liberarnos de este intangible e inocentemente asumido cautiverio de nuestras sagradas almas,… las que deberan encarnar repetidamente hasta a que su propia potencia intelectual, sea capaz de desprenderse de este esclavo yugo, o hasta el momento en que agotadas y finalmente despreciada dicha potencialidad, como semillas malogradas, hayan de ser definitivamente devoradas para la eternidad en las fauces de su réprobo depredador.
    Atentamente esperando, el milagro que da título a esta misma entrada.
    Un fuerte abrazo.

  5. KRISHNAMURTI Y LA MEDITACIÓN

    Si durante el día está usted alerta, si está atento a todo el movimiento del pensar, a lo que usted dice, a sus gestos -cómo se sienta, cómo camina, cómo habla- si está atento a sus respuestas, entonces todas las cosas ocultas salen a la luz muy fácilmente. En ese estado de atención lúcida, despierta, todo es puesto al descubierto.

    § § La mayoría de nosotros está inatenta. Darse cuenta de esa inatención, es atención.

    § § La meditación no es una fragmentación de la vida; no consiste en retirarse a un monasterio o encerrarse en una habitación sentándose quietamente por diez minutos o una hora en un intento de concentrarse para aprender a meditar, mientras que por el resto del tiempo uno continúa siendo un feísimo, desagradable ser humano.

    § § Para percibir la verdad, uno debe poseer una mente muy aguda, clara y precisa —no una mente astuta, torturada, sino una mente capaz de mirar sin distorsión alguna, una mente inocente y vulnerable. Tampoco puede percibir la verdad una mente llena de conocimientos; sólo puede hacerlo una mente que posee completa capacidad de aprender. Y también es necesario que la mente y el cuerpo sean altamente sensibles —con un cuerpo torpe, pesado, cargado de vino y comida, no se puede tratar de meditar. Por lo tanto, la mente debe estar muy despierta, sensible e inteligente.

    § § Las necesidades básicas para descubrir aquello que está mas allá de la medida del pensamiento, para descubrir algo que el pensamiento no ha producido son tres: 1) se debe producir un estado de altísima sensibilidad e inteligencia en la mente; 2) ésta debe ser capaz de percibir con lógica y orden; 3) finalmente, la mente debe estar disciplinada en alto grado.

    § § Una mente que ve las cosas con total claridad, sin distorsión alguna, sin prejuicios personales, ha comprendido el desorden y está libre de él; una mente así es virtuosa, ordenada. Sólo una mente muy ordenada puede ser sensible, inteligente.

    § § Es preciso estar atento al desorden que hay dentro de uno mismo, atento a las contradicciones, a las luchas dualísticas, a los deseos opuestos, atento a las actividades ideológicas y a su irrealidad. Uno ha de observar «lo que es» sin condenar, sin juzgar, sin evaluar en absoluto.

    § § La mayor parte del tiempo está uno inatento. Si usted sabe que está inatento, y presta atención en el momento de advertir la inatención, entonces ya está atento.

    § § La percepción alerta, la comprensión, es un estado de la mente de completo silencio, silencio en el cual no existe opinión, juicio ni evaluación alguna. Es realmente un escuchar desde el silencio. Y es sólo entonces que comprendemos algo en lo cual no está en absoluto envuelto el pensamiento. Esa atención, ese silencio, es un estado de meditación.

    § § Comprender el ahora es un inmenso problema de la meditación —ello es meditación. Comprender el pasado totalmente, ver dónde radica su importancia, ver la naturaleza del tiempo, todo eso forma parte de la meditación.

    § § En la meditación existe una gran belleza. Es una cosa extraordinaria. La meditación, no «cómo meditar».

    § § La meditación es la comprensión de uno mismo y, por lo tanto, significa echar los cimientos del orden —que es virtud— en el cual existe esa cualidad de disciplina que no es represión ni imitación ni control. Una mente así, se halla, entonces, en un estado de meditación.

    § § Meditar implica ver muy claramente, y no es posible ver claramente ni estar por completo involucrado en lo que uno ve, cuando hay un espacio entre el observador y la cosa observada. Cuando no hay pensamiento, cuando no hay información sobre el objeto, cuando no hay agrado ni desagrado sino tan sólo atención completa, entonces el espacio desaparece y, por lo tanto, está uno en relación completa con esa flor, con ese pájaro que vuela, con la nube o con ese rostro.

    § § Es sólo la mente inatenta que ha conocido lo que es estar atenta, la que dice: «¿Puedo estar atenta todo el tiempo?» A lo que uno debe estar atento, pues, es a la inatención. Estar alerta a la inatención, no a cómo mantener la atención. Cuando la mente se da cuenta de la inatención, ya está atenta —no hay que hacer nada más.

    § § La meditación es algo que requiere una formidable base de rectitud, virtud y orden. No se trata de algún estado místico o visionario inducido por el pensamiento, sino de algo que adviene natural y fácilmente cuando uno ha establecido las bases de una recta conducta. Sin tales bases, la meditación se vuelve meramente un escape, una fantasía. De modo que uno ha de asentar esas bases; en realidad, esta misma manera de asentar las bases, es la meditación.

    § § Los meditadores profesionales nos dicen que es necesario ejercer el control. Cuando prestamos atención a la mente, vemos que el pensamiento vaga sin rumbo, por lo que tiramos de él hacia atrás tratando de sujetarlo; entonces el pensamiento vuelve a descarriarse y nosotros volvemos a sujetarlo, Y de ese modo el juego continúa interminablemente. Y si podemos llegar a controlar la mente de manera tan completa que ya no divague en absoluto, entonces —se dice— habremos alcanzado el más extraordinario de los estados. Pero en realidad, es todo lo contrario: no habremos alcanzado absolutamente nada. El control implica resistencia. La concentración es una forma de resistencia que consiste en reducir el pensamiento a un punto en particular. Y cuando la mente se adiestra para concentrarse por completo en una sola cosa, pierde su elasticidad, su sensibilidad, y se vuelve incapaz de captar el campo total de la vida.

    § § El principio de la meditación es el conocimiento de uno mismo, y esto significa darse cuenta de todo movimiento del pensar y del sentir, conocer todas las capas de la conciencia, no sólo las superficiales sino las ocultas, las actividades profundas. Para ello, la mente consciente debe estar serena, calma, a fin de recibir la proyección del inconsciente. La mente superficial sólo puede lograr tranquilidad, paz y serenidad, comprendiendo sus propias actividades, observándolas, dándose cuenta de ellas; cuando la mente se da plena cuenta de todas sus actividades, mediante esa comprensión se queda en silencio espontáneamente; entonces el inconsciente puede proyectarse y aflorar. Cuando la totalidad de la conciencia se ha liberado, sólo entonces está en condiciones de recibir lo eterno.

    § § Entre dos pensamientos hay un periodo de silencio que no está relacionado con el proceso del pensamiento. Si observas, verás que ese período de silencio, ese intervalo, no es de tiempo, y el descubrimiento de ese intervalo, la total experimentación del mismo, te libera del condicionamiento.

    § § La meditación no es un medio para algo. Descubrir en todos los momentos de la vida cotidiana qué es verdadero y qué es falso, es meditación. La meditación no es algo por cuyo medio escapáis. Algo en lo que conseguís visiones y toda clase de grandes emociones. Mas el vigilar todos los momentos del día, ver cómo opera vuestro pensamiento, ver funcionar el mecanismo de la defensa, ver los temores, las ambiciones, las codicias y envidias, vigilar todo esto, indagarlo todo el tiempo, eso es meditación, o parte de la meditación. No tenéis que acudir a nadie para que os diga qué es meditación o para que os dé un método. Lo puedo descubrir muy sencillamente vigilándome. No me lo tiene que decir otro; lo sé. Queremos llegar muy lejos sin dar el primer paso. Y hallaréis que si dais el primer paso, ése es el último. No hay otro paso.

    Krishnamurti

  6. alma9

    Gracias roverdos por tu interesante aportación. El hecho de estar de acuerdo con lo que dice Krisnhamurti, significa que nuestra vieja amiga oscuridad 🙂 ha hecho un buen trabajo. Por tanto parece que necesitamos cierto aprendizaje para llegar al sitio correcto. Poner en práctica lo que hemos comprendido, también lleva su tiempo y es algo personal e intransferible. Sin convertirlo en una meta (obsesionarse), según vá surgiendo en uno mismo.
    Saludos

  7. … voy a tener que empezar a poner faltas de asistencia .. 🙂

    … a ver, por ejemplo, «Luna» … ¿ por dónde andas … ?

  8. aquaitadora

    🙂 ¡¡presente!!…….y paseando por estos lares:

    «Cuando atormentada por los dolores del parto, dolorida y angustiada
    te invocamos el sexo, para el seguro descanso del alma;
    pues sólo tú Ilitía puedes aliviar el dolor,
    que intentamos aliviar, pero en vano.
    Artemisa Ilitía, venerable poder,
    que trajiste alivio en la espantosa hora del parto.»
    Así Claudio Eliano se refería en el siglo III a. C. a «Artemisa del parto».

    Lucina es la diosa que presidía el nacimiento de los niños y se encargaba de auxiliar a las mujeres durante el parto. El nombre fue tomado en el sentido de «la que trae a los niños a la luz» (en latín «lux, -cis» «luz»), pero también podría haber sido derivado de «lucus» («bosque»), bosque sagrado de árboles de loto en el Esquilino (una de las siete colinas de la Antigua Roma) asociado con la diosa.
    En la mitología griega, la equivalente de Lucina era llamada Ilitía

    Es una tranquilizadora y bella imagen.

    • caray, Luna … ! gracias por responder… ! la verdad es que nos alegra, saber que todavía seguimos aquí, y que nos hallamos
      verdaderamente cerca, si lo queremos …

      saludos muy afectuosos…