El Centurión, ante el Maestro.

8   Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; (Mi comprensión temporal, constitución limitada e imperfecta)   mas solamente dí la palabra, y mi «mozo» (mi conciencia "encarnada") sanará.

9  Porque también yo soy hombre bajo de potestad  responsable,  y   tengo bajo de mí soldados:   y digo á éste:  Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y á mi siervo: Haz esto, y lo hace.

10  Y oyendo Jesús, se maravilló, y dijo á los que le seguían:   De cierto os digo, que ni  aun  en  Israel  he  hallado   ésta  comprensión. 13  Entonces Jesús dijo al centurión:  Ve,  y  como  creiste  te  sea  hecho.    Y su mozo fué sano en el mismo momento.

centurion9   Y él me dijo:  Escribe:   Bienaventurados los que son llamados a la cena del Cordero.    Y me dijo:   Éstos   son   palabras   verdaderas   de   Dios.

Hay también un grupo de devas vinculados a la Logia de Maestros, cuyo trabajo consiste en construir las distintas formas de aspiración, que puede lograr el hombre común. Se clasifican en tres grupos, vinculados con la ciencia, la religión y la filosofía, y por intermedio de los grupos de sustancia dévica, quienes dirigen estos tres sectores llegan hasta los hombres. Constituyen uno de Sus canales para trabajar.

El Maestro Jesús se halla especialmente activo en esta línea, trabajando en la línea científica en colaboración con ciertos adeptos, que -mediante la deseada unión entre la ciencia y la religión – tratan de destruir por una parte el materialismo occidental y por otra la devoción sentimental de la mayoría de los devotos de todos los credos. Esto es posible ahora debido a que está saliendo el sexto Rayo y entrando el séptimo. Los estudiantes deben tener presente cuando estudian los planos -la sustancia y energía de los planos-, que éstos cambian continuamente pues se hallan condicionados por el flujo y el reflujo. La materia de todos los planos circula y, cíclicamente, ciertas partes están más energetizadas que otras; de este modo se halla sometida a una triple influencia o -empleando otras palabras- la sustancia dévica está sujeta a un estímulo cíclico triple:

El estimulo de rayo, depende del rayo que se halle en el poder. Es intersistemático y planetario.
El estímulo zodiacal, proveniente de fuera del sistema, siendo también cósmico y cíclico.
El estímulo solar, impacto de la fuerza o energía que proviene directamente del sol sobre la sustancia de un plano; emana del “corazón del Sol” y es particularmente potente.

Todos los planos se hallan sujetos a esta triple influencia pero, en el caso de los planos búdico y astral, la fuerza de este tercer estímulo es enorme. Los adeptos -trabajando juntos con los grandes devas- utilizan la oportunidad cíclica para lograr resultados definidamente constructivos.

El descubrimiento del amor
2 junio, 2020 en 3:39 pm

Mas allá de toda expresión de existencia en este plano “material”….debemos vivirnos y desarrollarnos en la profundidades de nuestro ser existencial …
no estamos realmente aquí, ..pero este escenario es lo que necesitamos para evolucionar, como sea que se presente … es un escenario para cada ser…

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5 Respuestas a “El Centurión, ante el Maestro.

  1. Las prácticas de meditación Mahamudra trabajan revelando directamente el vacío en una experiencia directa en nuestra mente. Esto se realiza meditando directamente en nuestra propia mente. Esto se conoce como «tomar el camino del directo conocimiento válido» — enfatizando la experiencia directa de los fenómenos de nuestra propia mente experimentando así la realización de la vacuidad.

    Los manuales de meditación (particularmente los del 9.º Karmapa) están entre los más detallados y precisos en la literatura budista. Para las prácticas de la «tranquilidad» se enumeran los estadios de calmar la mente y especifica muchos de los problemas comunes (por ejemplo, excitación, somnolencia, duda, apatía) junto con las prácticas para remediar estos problemas. Los objetos de meditación son objetos simples, estatuas de Buda, la respiración, mantras y visualizaciones complejas en Yidams. Estos objetos de meditación son comunes en las prácticas tibetanas Vajrayāna.

    Las instrucciones detalladas para las prácticas de la claridad espontánea (del inglés Insight) es lo que hacen del Mahamudra (y del Dzogchen) enseñanzas únicas.

    El meditador es instruido para observar la mente en descanso incluso durante la ocurrencia de los pensamientos. En algunas prácticas las emociones perturbadoras son deliberadamente invocadas de modo que el meditador pueda experimentar directamente su naturaleza «vacua».

    El meditador es posteriormente instruido en la observación de aquello que está buscando la naturaleza de la mente: observar al observador.

    Algunas preguntas son realizadas al meditador para verificar su experiencia, para despertar destellos de claridad posterior y para identificar y corregir las malinterpretaciones. El Océano de Significado Definitivo y Apuntando al Dharmakaya (del 9.º Karmapa) enumeran estas preguntas y las respuestas más comunes.

    La relación con el maestro, lo verídico, es fuertemente enfatizada, en el antiguo Tíbet estos textos no estaban a disposición sino a través de un maestro y era necesario finalizar las prácticas preliminares. Algunas partes de la transmisión se realizan verbalmente y a través de empoderamientos y transmisiones leídas. Especialmente el maestro apunta directamente a la mente del estudiante.

    Las prácticas de meditación del Soto Zen tiene algunas similitudes con el Mahamudra. En ambas tradiciones las transmisiones que apuntan directamente ocurren entre el maestro y el discípulo. Sin embargo, las enseñanzas del Mahamudra, tanto en lo referente a calmar la mente como en la claridad espontánea son mucho más detalladas que en las escuelas de Soto.

  2. Mas allá de toda expresión de existencia en este plano «material»….debemos vivirnos y desarrollarnos en la profundidades de nuestro ser existencial….no estamos realmente aquí. ..pero este escenario es lo que necesitamos para evolucionar, como sea que se presente…es un escenario para cada ser…

  3. 3. LOS ANGELES SOLARES – LOS AGNISHVATTAS.

    Observaciones de Introducción.

    Iniciamos aquí el estudio de los Agnishvattas o devas del Fuego en el plano mental, introduciéndonos así en el maravilloso tema relacionado con nuestra evolución planetaria; contiene uno de los significados más esotéricos para el hombre, pues dichos Angeles solares conciernen a la propia naturaleza esencial del sol y constituyen el poder creador mediante el cual trabaja.

    Esto es de máximo interés e importancia para todo propósito práctico y para elucidar la evolución espiritual del hombre, y merecería ser una de las partes del tratado más ampliamente estudiada.

    El hombre siempre se interesa profundamente en sí mismo y, antes de llegar a desarrollarse debidamente, debe comprender científicamente las leyes de su propia naturaleza y la constitución de su propia “manera de expresarse”. También ha de comprender algo de la interrelación de los tres fuegos a fin de poder “resplandecer” en el futuro.

    La cuestión de estos Dhyanes del Fuego y su relación con el hombre es un misterio muy profundo, y todo el tema está tan entretejido de leyendas intrincadas que desespera a los estudiantes lograr la deseada y necesaria claridad mental. No será posible todavía disipar completamente las nubes que velan el misterio central, pero quizás por medio de la apropiada clasificación y síntesis y una precavida amplificación de los datos impartidos, las ideas del estudiante consciente puedan ser menos confusas.

    Hay dos enunciaciones en La Doctrina Secreta que el lector ocasional pasa por alto, pero si se medita debidamente sobre ellas, encierran mucha información Observemos las dos enunciaciones:

    Se requieren dos principios vinculadores. Para ello es necesario el fuego espiritual viviente del principio medio proveniente de los estados quinto y tercero del Pleroma. Dicho fuego es propiedad de los Triángulos.
    Estos Seres son Nirvanas de un Mahamanvantara anterior.

    Hemos considerado algo respecto a los devas de tendencia evolutiva burdamente agrupados y también sobre los Pitris lunares. (16) Éstos se dividen en cuatro grupos y se ocupan de la construcción del cuerpo físico dual del hombre, de sus cuerpos astral y mental inferior, energetizados por la fuerza de los Pitris a través de los átomos permanentes. Pero para los propósitos de la naturaleza subjetiva del hombre, deben ser estudiados los tres grupos -etérico, astral y mental inferior. El trabajo de los Agnishvattas (los principios autoconscientes, los Constructores o erectores del cuerpo egoico en los niveles mentales superiores) consiste en unificar los tres principios superiores -atma, budi, manas- y los tres inferiores, y así llegar a ser en realidad el principio medio del hombre. Ellos mismos tienen su origen en el principio medio logoico. De esta manera se completa el Siete esotérico. Como sabemos el cuerpo físico en su más densa manifestación, considerado esotéricamente, no es un principio.

    Los devas de los niveles mentales inferiores, en lo que respecta al [i682] hombre, trabajan por intermedio de la unidad mental y, generalizando, están divididos en cuatro grupos, siendo, en efecto, la primera condensación del triple cuerpo inferior del hombre. Forman parte de su cuerpo lunar. Se hallan directamente vinculados con las esencias espirituales más elevadas y representan la manifestación de fuerza más inferior que emana del plano mental cósmico, vinculándose con la Jerarquía humana por medio de las unidades mentales. Constituyen los devas gaseosos del cuerpo físico Logoico. No nos ocuparemos de ellos muy detalladamente aquí, pues a medida que estudiemos el tema del quinto principio se irán aclarando ciertos puntos; se obtendrán más datos del trabajo que realizan, en conexión con el hombre, a medida que proseguimos. Mayor información sólo traería complicaciones.

    Comprendamos con toda claridad qué es lo que estamos tratando: Vamos a considerar:

    Ese quinto estado de conciencia llamado plano mental.
    La sustancia de ese plano tal como existe en su aspecto dual, rupa y arupa. (con forma, y SIN forma)
    Las vidas que animan a la materia, especialmente en su relación con el hombre.
    Los Egos o entes autoconscientes que constituyen el punto medio en la manifestación.
    La construcción del cuerpo causal, la apertura del Loto egoico y la construcción de esos grupos que llamamos egoicos.
    La individualidad de esas Existencias denominadas
    Agnishvattas,
    Manasadevas.
    Dhyanes del Fuego,
    Ángeles solares o Pitris solares,
    Asuras,

    y muchos otros nombres con que se las menciona en los libros ocultistas.

    Existe gran confusión en la mente de los estudiante respecto a la diferencia existente entre los Agnishvattas que encarnaron en el hombre, y aquellos que simplemente fueron responsables de la implantación de la chispa manásica o mental en el hombre animal.

    Esto nos introduce en el tema de la individualización y de la encarnación de ciertas existencias espirituales, a quienes -cuando poseen cuerpo- se los denomina Avatares, Budas de Actividad o manifestaciones directas del Logos.

    Todo el misterio se halla oculto en la relación que existe entre las Mónadas individuales que forman los diversos centros en el cuerpo de un Logos planetario y la Entidad autoconsciente de ese Logos planetario.

    El estudiante debe recordar el hecho de que el plano mental es el primer aspecto del cuerpo físico denso del Logos planetario, siendo el plano búdico un plano etérico cósmico y donde se encuentran los centros etéricos de un Hombre celestial.

  4. Desde el plano búdico (en sentido planetario o solar) provienen la vitalidad y el impulso que energetizan al vehículo físico denso a fin de realizar una actividad coherente e intencionada; por consiguiente, en el plano mental es donde primero se siente este impulso y se establece el contacto entre ambos.

    Aquí hay un indicio que servirá a un propósito si se medita sobre él.

    El estudiante debería estudiar el lugar y el propósito del plano mental y su relación con el Logos planetario y el Logos solar. A medida que investiga más estrechamente la naturaleza de su propio cuerpo etérico, debe ampliar ese conocimiento hasta los niveles superiores esforzándose por comprender la constitución de la esfera mayor de la cual es una parte. Cuando la naturaleza de sus centros y la acción efectiva sobre su propio cuerpo físico denso sean mejor captadas, llegará a comprender más plenamente el correspondiente efecto producido en el cuerpo del Logos.

    En el plano mental (reflejo en los tres mundos de los estados tercero y quinto del Pleroma) se siente toda la fuerza de la vitalidad etérica. Un indicio respecto a su significado se podría hallar en el hecho de que el cuerpo etérico del hombre recibe prana y lo trasmite directamente al cuerpo físico; la vitalidad de la estructura física se ha de medir en gran parte por la condición y acción del corazón. El corazón hace circular la vitalidad hacia las miríadas de células que constituyen el cuerpo físico denso; se observa algo análogo en el hecho de que estos devas del fuego son “el Corazón del cuerpo Dhyan chohánico”, porque su energía procede del sol espiritual así como la energía de los devas pránicos del cuerpo etérico viene del sol físico.

    Esta energía de los Agnishvattas se manifiesta en el plano mental, el subplano gaseoso del físico cósmico, así como la energía de los centros etéricos del cuarto subplano etérico se manifiesta primero y potentemente en la materia gaseosa del cuerpo físico. A esto se debe que los Hijos de la Sabiduría, que personifican el principio búdico, la fuerza de la vida o el aspecto amor, sean conocidos en el quinto plano como principios autoconscientes; budi emplea a manas como vehículo; los escritores esotéricos frecuentemente hablan en términos de vehículo. El Ego o la Entidad autoconsciente es en esencia y en verdad Amor-Sabiduría, pero se manifiesta principalmente como conciencia inteligente.

    Debemos estudiar cuidadosamente la afirmación concerniente a kama-manas que trata de las condiciones que producen la individualización, permitiendo venir al Ser autoconscientemente a esas Mónadas que procuran expresarse plenamente. La afirmación es la siguiente:

    Sólo cuando el centro cardiaco de un Hombre celestial (cada uno en su correspondiente ciclo y cada uno cíclicamente diferente) se vitaliza y alcanza cierta capacidad vibratoria es posible que las Mónadas, de acuerdo a la ley, se individualicen.

    Repito, sólo cuando el triple cuerpo físico denso de un Logos planetario (tal como lo expresan nuestros tres mundos, los planos mental, astral y físico denso) ha alcanzado la vibración correspondiente y repetido el desarrollo cíclico del mahamanvantara anterior, se produce ese contacto vibratorio que hace que los grupos egoicos en el plano mental resplandezcan. Ello da lugar a la manifestación de los impulsos del corazón del Hombre celestial, y de esta manera impele a la objetividad a esas Mónadas (energetizadas por la vida del Corazón) que forman diversos centros. En El Antiguo Comentario se dice:

    “Cuando el Corazón del Cuerpo palpita con energía espiritual y cuando su contenido séptuple vibra por el impulso espiritual, la corriente se extiende y circula, y la divina manifestación se convierte en Realidad; el Hombre divino encarna.”

  5. En el plano físico la analogía la constituye el estímulo de la vida que se siente entre el tercero y cuarto mes del período prenatal, cuando el corazón del niño vibra con vida y la existencia individual se convierte en posibilidad.

    Esta vibración de vida emana del alma de la madre (analogía del Pleroma o alma universal) y coincide con el despertar de la tercera espirilla del átomo físico permanente del niño. Debe tenerse presente que así como en cada ronda todas las etapas precedentes son rápidamente recapituladas, y en el período prenatal, durante el proceso formativo, el feto recapitula la historia de los reinos precedentes, del mismo modo puede verse un procedimiento similar en el sistema solar. Cuando cierto punto ha sido alcanzado y los tres planos inferiores vibran o son energetizados, la encarnación cósmica se convierte en una posibilidad; el “Corazón” despierta ocultamente y nace el “Hijo de Dios”, la expresión del deseo y del amor del Logos.

    La encarnación cósmica de ciertos excelsos Seres llega a la consumación, y uno de sus indicios es la aparición de grupos egoicos en niveles mentales y la individualización resultante. El método y el tiempo pueden variar de acuerdo a la naturaleza de cualquier Logos planetario particular, pero para todos y cada uno el “Corazón del Cuerpo” ha de vibrar con la vida que despierta, antes que la respuesta venga desde lo inferior. Los Pitris lunares también han de llevar a cabo su trabajo en nuestro esquema y sistema antes que los ángeles solares, vibrando ante la expectativa, tomen posesión de las formas preparadas por su esfuerzo y las estimulen para adquirir vida autoconsciente y existencia separada. Así los cuatro grandes esquemas en el sistema solar, los vehículos para cuatro de los Logos planetarios (que constituyen el Cuaternario logoico), han de alcanzar cierta etapa de capacidad vibratoria y de conciencia antes de que un acontecimiento similar pueda ocurrir en toda su magnitud en el sistema solar, sintetizándose los cuatro inferiores y los tres superiores. El corazón logoico vibra y la respuesta llega de todos los esquemas, debido a que tres espirillas vibran en cada uno de ellos, pero el Hijo de Dios no es todavía plena y cósmicamente autoconsciente. Cuando llega la respuesta, los centros despiertan. Un centro logoico responde plenamente al estímulo del corazón, y es Venus, quien está pasando por la última ronda.

    El estudiante comete un error si disocia nuestro sistema solar del anterior y considera que el pralaya, al finalizar este mahamanvantara, será la última y total consumación de todas las cosas. En el sistema precedente, el plano físico cósmico alcanzó cierta capacidad vibratoria, y los devas de las hogueras internas llegaron (relativamente hablando) a obtener un alto grado de evolución; entonces resplandecieron los “fuegos de la materia”. Ciertas Existencias alcanzaron la autoconciencia en el sistema anterior, son los “nirvanas” de los cuales habla H. P. B. Como es de esperar, están caracterizados por la inteligencia activa, realizada y desarrollada por medio de la evolución materialista durante un mahamanvantara anterior. Son los Manasadevas y, en su totalidad, los vehículos de la Mente divina, las fuerzas dhyan-chohánicas, el conjunto de los Ah-hi. Ciertas eventualidades son posibles debido a que en el actual sistema solar está predominando la vibración del plano astral cósmico, la cual llega por medio del cuarto éter cósmico (donde se hallan, como anteriormente se ha indicado, los centros etéricos de los Logos planetarios) y de nuestro plano astral del sistema.

    Los “Hijos del deseo”, logoicos o humanos, pueden aprender ciertas lecciones, pasar ciertas experiencias y agregar la facultad de amor-sabiduría a la inteligencia previamente adquirida.